La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Se trata del órgano que protege a todo nuestro organismo de posibles amenazas externas ya que a través de la piel pueden entrar patógenos como bacterias o generar irritaciones diversas. Es por ello por lo que cuidar la hidratación corporal para mantener la función barrera de la piel se convierte en un tema de suma importancia en la salud y cuidado de nuestro cuerpo.
La piel del cuerpo suele ser la más olvidada. Nos lavamos las manos constantemente; tenemos máquinas que nos hacen un masaje relajante mientras nos lavamos los pies; por fin estamos tomando consciencia de la importancia de tener una buena rutina facial, e incluso, ¡de ponernos protector solar a diario!... Pero se nos olvida que hay piel más allá de nuestra barbilla.
Entonces, ¿qué pasa con el cuidado de la piel del resto del cuerpo? Pues que también debemos aplicar una rutina para mantenerla en óptimas condiciones: limpia e hidratada.
¿Cuándo es necesaria la hidratación corporal?
La piel tiene diferentes necesidades durante las distintas épocas del año, pero la hidratación corporal es un paso indispensable (además del baño, que no debemos saltarnos).
Lo ideal es mantener una hidratación adecuada durante todo el año manteniendo una rutina de limpieza e hidratación corporal constante. No obstante, hay que dar un extra de cuidado especial en épocas de temperaturas extremas, ya sea por calor o frío, ya que la piel se resiente más con las temperaturas extremas.
Durante el invierno, la piel se resiente con el frío y aparece más reseca. Si no la hidratamos correctamente, la función barrera de la piel puede verse alterada. Además, al mantener una piel bien hidratada, estará más elástica y podrá defendernos mejor ante agresiones como rascadas o golpes.
Durante el verano también es necesaria la hidratación, además de usar protección solar de forma continuada. Ya solo con el calor es necesaria la hidratación corporal extra, pero si además le sumamos el agua de mar, la sal, y la exposición continuada a la radiación solar, la piel se reseca aún más y se ve más agredida: debemos hidratarla al máximo y, si es necesario, aplicar productos calmantes como el Aloe Dermohidratante de Sebamed.
¿Cómo hidratamos nuestra piel correctamente?
Respecto a la mejor forma de llevar a cabo este paso de la rutina corporal, os dejamos dos consejos que pueden ser útiles:
- El primer paso para hidratarse es justo en el baño. Usar productos adecuados al pH neutro de la piel es importantísimo y debemos evitar los jabones, ya que suelen tener el pH más alterado. Usar geles con químicos puede resecar y eliminar la barrera de la piel, dejándola expuesta a patógenos externos. Escoge geles o espumas de baño que respeten tu piel y mantengan la capa hidrolipídica.
- La mejor forma de conseguir una correcta hidratación corporal es usar crema hidratante con la piel todavía algo húmeda: de esta forma, sellamos esa hidratación. Las cremas hidratantes suelen llevar ingredientes que aportan agua a la piel, lípidos como aceites y ceras, y otros ingredientes que actúan creando un filme en la piel: una “barrera” que evita que el agua se evapore. Porque hidratar la piel es aportar agua y lípidos, pero, sobre todo, la función de una hidratante es evitar la propia deshidratación de la piel. Las cremas hidratantes también deben ser siempre con pH cutáneo, es decir, alrededor del 5-5.5, para respetar la barrera de la piel y no irritarla ni resecarla.