Si te dijeran que en tu piel habitan miles de bichitos…. ¿Qué pensarías? Impensable, ¿no?
A simple vista parece totalmente imposible que haya vida en nuestra piel. Pero si ahora mismo
pusiéramos un poquito de tu piel bajo un microscopio, podríamos observar decenas de tipos distintos
de microorganismos que habitan ahí mismo, en la superficie de tu piel. Son bacterias, hongos, y demás
microorganismos que cuidan de la salud de nuestra piel a diario. A este conjunto de microorganismos le
llamamos el microbioma de la piel o el microbioma cutáneo.
Pero ¡no te asustes! Precisamente, la función de estos microorganismos es cuidar tu piel. Los tenemos desde que nacemos, es como una huella digital que tenemos y es la mamá la que se lo pasa al bebé. Sabemos, además, que es distinta en cada persona.
¿Cómo nos protege el microbioma cutáneo?
Los microorganismos que habitan en el microbioma cutáneo son los encargados de evitar la entrada en
nuestra piel de otros patógenos que no nos interesan, tanto a nivel físico como químico. De esta forma,
el microbioma de la piel se convierte en nuestra primera línea de protección y nos defiende contra
enfermedades, infecciones, agentes externos, etc.
Para mantener una piel sana, pues, dependerá del equilibrio entre nuestros microorganismos.
Si se rompe este equilibrio pueden entrar bacterias indeseadas, como Cutibacterium Acnés, que es
la causante del acné, por ejemplo. Actualmente, sabemos que tener una piel saludable y resistente
depende de muchos factores externos como el clima, la alimentación y el estilo de vida en general. Pero
mantener un microbioma de la piel sano depende también de nosotros y del cuidado que le demos a
nuestra piel.
Mantener un microbioma cutáneo equilibrado y saludable también previene el envejecimiento
prematuro de la piel, ya que ayuda a mantenerla hidratada y en la mejor condición.
¿Qué podemos hacer para mantener el microbioma de la piel saludable y fuerte?
Para mantener el microbioma de la piel en condiciones óptimas para que nos haga esa función de
barrera cutánea tan importante, hay que tener dos puntos en cuenta:
Por un lado, hay que cuidar nuestra piel con productos cosméticos adecuados. Es importantísimo
tratar nuestra piel con mimo y evitar el uso de productos con ingredientes agresivos. Sobre todo, busca
productos que respeten el pH de la piel. Sé consciente de que nuestra piel es muy sensible y debemos tratarla con cuidado para mantenerla sana. Una buena hidratación también es imprescindible durante todo el año (¡no solo en verano!).
Como consecuencia de los trastornos de maduración de las células cutáneas, aparecen áreas
enrojecidas que pronto se cubren de corneocitos muertos en forma de caspa se aspecto plateado. Si se
retira la caspa, aparece piel muy fina. Si esta piel fina se agrieta, se produce una hemorragia puntiforme,
un signo típico de la psoriasis. La psoriasis también puede afectar a los dedos y las uñas de las manos.
Normalmente la psoriasis no produce picor, salvo en el cuero cabelludo.
Por otro lado, intenta añadir productos con componentes probióticos a tu rutina cosmética para ayudar a los microorganismos para que funcionen correctamente favoreciendo su regulación y desarrollo. Los probióticos tienen el objetivo de activar la regeneración de la flora natural, para su recuperación y equilibrio de forma rápida.
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