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¿Qué nos protege exactamente cada día de las influencias ambientales?

Para poder tener una piel sana y protegida de las influencias ambientales y factores externos, es importante que tengamos en cuenta principalmente dos cosas: el pH de la piel y el manto ácido que protege la función barrera de la piel. Ambas premisas nos ayudarán a elegir bien los productos que utilizamos para la correcta higiene e hidratación de la piel, y preservará su salud y buen aspecto.

1. El pH de la piel

Desde hace años se habla mucho del término “pH”. Casi no hay nadie que no haya oído o leído sobre ello en frascos de champú o tubos de crema. Pero ¿cuántas personas saben realmente qué es esta abreviatura y qué significa?

“pH” es la abreviatura del término  en latín potentia hydrogenii que se traduce como “concentración de iones de hidrógeno”. Los valores de pH nos permiten diferenciar entre ácidos y bases y etiquetarlos según su fuerza. Todo lo que contiene agua también tiene un pH, que puede determinarse con un peachímetro electrónico o un indicador como el tornasol.

2. El manto ácido

Sustancias naturales del cuerpo forman el manto ácido que protege nuestra piel de las influencias ambientales. También podemos asignar un pH a la piel, porque la película hidrolipídica de la superficie de la piel contiene agua. Hace alrededor de un siglo que se descubrió que la piel es ligeramente ácida. Con las técnicas de medición modernas se obtuvo un pH promedio de 5,5, debido a las sustancias ácidas naturales del sudor, el sebo y los corneocitos.

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AdobeStock

La importancia de la naturaleza ácida de la superficie de la piel se demuestra en el “manto ácido”. Su función: repeler microorganismos perjudiciales e influencias ambientales negativas y, de esta forma, proteger la piel frente a infecciones, irritaciones, alergias e irritación y evitar que se reseque. Un manto ácido intacto también funciona como desodorante natural, porque minimiza la descomposición bacteriana del sudor que causa el mal olor corporal.

Por tanto, es fundamental que no haya nada que pueda dañar el manto ácido. Por ejemplo, debe evitar limpiarse la piel con jabón “normal”, porque el agua jabonosa tendrá un pH de 8 a 12 y destruirá el manto ácido. Lavarse con productos con “pH neutro”, cuyo pH de 7 difiere considerablemente del valor de 5,5 de la piel, también puede dañar el manto ácido. Por último, debe evitar el contacto con soluciones básicas en el trabajo, como puede ser la lejía u otros desinfectantes.

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Recuerda que para poder tener una piel sana y protegida de las influencias ambientales y factores externos, es importante que tengamos en cuenta principalmente dos cosas: el pH de la piel y el manto ácido que protege su función barrera.

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